他のヨーロッパ諸国と違って、スペインはここ十数年間でようやく移民の「受け入れ国」(皮肉にも)の仲間入りを果たした。移民のほとんどは、マグレブやサハラ以南アフリカからの労働者で、スペイン人がやりたがらない仕事をわずかな報酬で引き受けている。一方で、同じアフリカの地域や東欧旧共産圏からの移民の中には、高学歴で、各分野の専門知識や実務経験を備えていながら、ここで家屋の修理、ペンキ塗り、清掃に携わっている人たちもいる。また、中国やパキスタンといった国々からやってきて、小さな店を構えながらスペイン経済に貢献している移民もいる。その他、経済的な理由以外の様々な事情でやってきた外国人も、この国にはたくさん住んでいる。
今でこそ経済危機の影響で移民の数は減っているが、移民ブームの前、中、後を通じて言えるのは、スペイン文化がいつも「異なるもの」に対する「寛容さ」を欠いてきたということだ。スペイン人は親切で思いやりがある、という典型的なイメージにだまされてはいけない。スペイン人だって他の国の人々と似たりよったりだ。つまり、外からカネをもたらす者は大歓迎だが、ここに来て金儲けしようとする者には冷たいということ。イスラム教徒に対する偏見は、イベリア半島をめぐるイスラム教徒とキリスト教徒の抗争史800年に由来する、という意見もある。でも、ごまかされちゃいけない。モロッコから来た貧しいイスラム教徒がここで今も「Moro(モロ)」と卑下され、「Moro
de mierda (モロのクソ野郎)」と侮辱されているのは事実だ。一方で、50ユーロ札のチップを惜しみなくばらまくアラブ首長国連邦の富豪たちはチヤホヤされる。
こうした寛容さの欠如は、当然、中学生の間でも「人種差別」という形で表れてくる。現状は簡単に変えられるものじゃない。思春期の生徒たちの価値観は、何よりもまず友達の意見に影響される。大差をつけられてその次に来るのが両親の意見。僕ら教師の言うことなど、妙なセリフ、または偽善にしか聞こえない。教師の意見なんて「本音の逆」にすぎず(残念ながら、そういう場合もあるのだが)、現実離れしすぎていて実際に真似なんてできない、というわけだ。他人に寛容であることは、強制できるものでもないし、強制すべきものでもない。学校ではなおさらだ。それでも、寛容さを欠く振る舞いは罰せられなければならない。
「Fuera inmigrantes(“移民”は出て行け)」という壁の落書きを、「Fuera
ignorantes(“無知”は出て行け)」と訂正したのは僕じゃない。でも、残念ながらその通りだ。寛容な人々が「寛容であること」を学んだきっかけは、書物、旅、教育、好奇心、ヒューマニズム、そして、学校だったのかもしれない。
Intolerancia
A diferencia
de otros países europeos, España se ha convertido en país de “acogida” (valga
la ironía) de inmigrantes extranjeros hace no muchos años. La mayoría de los
que vinieron eran trabajadores no formados provenientes del Magreb o África
subsahariana, que hacían aquellos trabajos que nadie de aquí haría, y por poco
dinero; pero también muchos otros, del mismo origen o de los antiguos países
comunistas de Europa, eran personas con preparación profesional o estudios
universitarios que se dedicaban a reparaciones, pintar pisos o a fregar
escaleras. Muchos inmigrantes de China o Pakistán, por ejemplo, han montado
pequeños comercios que han aportado mucho a nuestra economía. Y eso sin contar
todas las personas provenientes de otros países que no han venido aquí por
motivos económicos, sino por cualquier otra razón.
Antes de que
llegaran, cuando llegaron, y ahora, cuando su número ha disminuido por la
crisis económica, como era de esperar, ha quedado patente la intolerancia hacia
todo aquel que es diferente que es parte de la esencia de la cultura española.
No hay que dejarse engañar por los tópicos sobre la hospitalidad o la simpatía
de los españoles. No somos mejor ni peor que otros. Tendemos a ser muy
hospitalarios con los que traen dinero, y todo lo contrario con los que quieren
ganarlo aquí. Hay quien dice que los prejuicios contra los musulmanes están
arraigados en los ochocientos años de nuestra historia en que musulmanes y
cristianos se pelearon por esta península, pero hay que desengañarse: a un
pobre inmigrante musulmán de Marruecos se lo desprecia llamándole “moro” o se
lo insulta llamándolo “moro de mierda”. Sin embargo, a un turista musulmán de
Emiratos Árabes se le mima por los billetes de 50 euros que dan como propina sin
reparo.
Esa
intolerancia latente aparece, por supuesto, en muchos alumnos de secundaria en
forma de racismo, y es muy difícil de cambiar. Nuestros adolescentes tienen
valores, pero muchos de ellos, para escogerlos, se basan primero, en lo que
opinan sus amigos, y segundo, pero a mucha distancia, en lo que opinan sus
padres. Lo que diga un profesor suelen considerarlo una opinión pintoresca o a
veces hipócrita, que demuestra que el profesor dice lo contrario de lo que
piensa (y eso lamentablemente algunas veces es así), o que las ideas del
profesor son tan extravagantes, que no pueden adoptarse como modelos de
comportamiento.
La tolerancia
hacia los otros ni se puede ni se debe imponer, menos que cualquier otro sitio
en una escuela, aunque los comportamientos intolerantes deban ser castigados.
No fui yo quien tachó “inmigrantes” de la pintada para calificar a quien la
hizo de “ignorante”, pero pienso que, lamentablemente, lo es. Los que pensamos que somos tolerantes con
otros hemos descubierto la tolerancia sobre todo en los libros, en los viajes,
en la educación, en la curiosidad, en el humanismo…, también en la escuela.
Intolerance
In a different way than other European countries,
Spain has become a “welcoming” country (that is irony) for foreigners not so
long ago. Many immigrants who came looking for a new life were unskilled workforce
from the Maghreb and black Africa who took the jobs no Spaniard would accept
for a little bit of money. However, many other with the same origin or coming
from former socialist countries were skilled workers or people with university
degrees who ended up as handy men, painting flats or cleaning them for lower
wages than Spanish workers. Many immigrants from China or Pakistan, for
instance, have set up a small business, which have been somehow quite meaningful
for our economy. And I am not mentioning all those people who have come to
Spain for economical reasons.
Before all of them arrived, when they did, and now,
that our deep crisis have thinned their number, it has been no surprise to me
how intolerant can be the Spanish society to everyone who is different.
Commonplaces such as Spanish hospitality or friendliness should not deceive
anyone. We are neither better nor worse than others. We tend to use hospitality
with those who bring money, but we are not so friendly with the ones who want
to earn it here. Some say that Spanish prejudices against muslim people have
roots in eight hundred years of shared history on the Iberian peninsula. There
is no true in that. Many look down on poor immigrants from Maghreb and call
them “moros” or directly insult them saying “moro de mierda”, but muslim
tourists from the Emirates are well pampered because of their 50 euros tips.
This latent intolerance can be also found, of course,
in many secondary school students in the form of racism, and it is very hard to
curb. Our teenagers have their values, which they have chosen bearing in mind
first of all, their friends’ opinions, and secondly, but far away from the
first, their own parents’ opinions. They consider their teachers’ opinions
weird or hypocritical. They think teachers’ opinions are politically correct,
but unreal (which sometimes is unfortunately true). Sometimes, teachers’ ideas
are interesting but eccentric, so they cannot be taken seriously.
Tolerance to others cannot and must not be imposed,
and less at school than somewhere else, although intolerant acts should be
punished. It was not me who crossed out a part of the graffiti on the picture
to mean that the one who did it are stupid, but that is exactly what they are.
Those, who would like to think that we are tolerant to others, have discovered tolerance
especially in books, travels, education , curiosity, humanism…, and also at
school.
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