中世の修道士たちは、今日のスペイン人と同じくらいまともでない生活時間に従っていた。修道士は1日7、8回祈りを捧げなければならなかったので、十分な睡眠がとれなかった。そこで、シエスタ(昼寝)が導入されたと言われている。修道士の一日は午前3時に始まり、午後9時に終わる。その間、つまり、「La hora Sexta」(第6刻)に休息することが推奨されていたため、そこから「Siesta(シエスタ)」という言葉が生まれた。
伝統的にスペインの田舎では、シエスタは長い労働時間の休憩を意味していた。僕の祖父はいつもシエスタをしていた。祖父は毎朝早く起きて畑仕事をした後、山羊の乳しぼり、鶏、ウサギ、豚の餌やり、家畜小屋の掃除をしていた。それから家に戻って、牛乳やパンといった朝食をとった。朝食後は鍛冶炉(祖父は鍛冶職人だった)に入って、昼まで働いていた。クタクタに疲れている時は、「雄羊のシエスタ」と呼ばれる昼食前のシエスタをしていた。それほど疲れていない時は、たっぷり昼食をとった後シエスタをして、その後は夜まで、だいたいの場合は畑仕事をしていた。夕食もたっぷりとって、最後にまた家畜の世話をした。幸いなことに、今は僕らの両親、祖母世代に比べて、朝食の量が増え、昼食、夕食の量が減っている。昔から食べ過ぎは健康によくないという通説はあったようで、「たっぷりの昼食と重い夕食は、墓場を満員にする」と言われていた。今も使われている言い回しだ。
科学者によると、朝食を軽めにとって昼食にたくさん食べると、血液が神経系から消化器系に移るせいで眠くなるのだという。ここ数年、記事やニュースで「昼食後15分~30分の睡眠は、ストレスを和らげ、午後からの学習、労働効率を上昇させる」という説がさかんに唱えられるようになった。とはいえ、全員がシエスタの習慣を支持しているわけではない。
今働いている学校に僕が赴任して一年目の話だが、職員室にはソファが置いてあった。ある日、一人の教師が昼食後ソファでシエスタをしていたところを当時の上司に見つかって、こっぴどく叱られたことがあった。翌日ソファはなくなっていた。今年は新しいソファが入ったが、この上に腰かける教師すら見ない。おそらく経済危機のせいだろう。
僕は土曜日にシエスタをすることが多い。テレビをつけて、見ているうちに眠くなる。30分間眠った後起きると、すがすがしい気持ちになる。
Los monjes de los monasterios medievales tenían horarios casi tan locos como los nuestros, porque tenían que rezar siete u ocho veces distintas de día y de noche, así que no podían dormir mucho y tuvieron que inventar la siesta. Su jornada empezaba a las tres de la madrugada y acababa a las nueve de la noche. Lógicamente, la regla monástica aconsejaba un descanso en medio del día, a la hora Sexta, que es de donde proviene la palabra “siesta”.
Tradicionalmente,
en el campo, la siesta tenía el sentido de hacer un descanso en medio del día
de jornadas muy largas. Mi abuelo siempre la hacía. Se levantaba de madrugada
para cuidar el huerto. Luego ordeñaba las cabras, daba de comer a gallinas,
conejos, el cerdo y los limpiaba. Volvía a casa a comer algo, leche y pan
normalmente, para desayunar. Luego se iba a trabajar a la fragua (era herrero)
hasta el mediodía. Si estaba muy cansado, hacía lo que se llama “la siesta del
carnero”, o sea, una siesta antes de comer. Si no, tras una abundante comida, hacía
su siesta, y volvía a trabajar (normalmente en el campo) hasta la noche. Cenaba
también en abundancia y finalmente, volvía a cuidarse de los animales. Afortunadamente,
tendemos a desayunar más y comer y cenar menos cantidad que nuestros padres y
abuelos, que ya eran conscientes de que comer y cenar mucho no es muy bueno
para la salud: “De grandes comidas y copiosas cenas, están las sepulturas
llenas”, decían. Aún lo decimos.
Esa costumbre
de comer poco por la mañana y mucho a mitad del día produce somnolencia porque
la sangre se traslada del sistema nervioso al digestivo, según los científicos.
Ellos mismos han puesto en cierto modo de nuevo de moda esta costumbre los
últimos años en artículos y noticias donde se recalca que de quince a treinta
minutos de sueño tras la comida es un buen remedio contra el estrés, facilita
el aprendizaje y un mejor rendimiento durante la segunda parte del día, pero no
todo el mundo está de acuerdo en eso.
El primer año
que estuve en la escuela donde trabajo había un sofá en la sala de profesores.
Un día, después de comer, el antiguo jefe sorprendió a una profesora haciendo
la siesta en el sofá y le pegó una buena bronca. Al día siguiente, el sofá
había desaparecido. Este año tenemos otro sofá, pero no he visto a nadie
utilizarlo ni para sentarse. Debe ser la crisis.
Yo suelo hacer siesta los
sábados, en el sofá de casa. Pongo la tele que me sirve como somnífero, me
quedo dormido media hora y me levanto como nuevo.
Siesta
The dairy schedules of monks in medieval monasteries were
almost as crazy as ours, because they had to pray seven or eight different
times every day and night, so they couldn´t sleep much and they have to invent “siesta”.
Their hours began at three am and ended at 9 pm. Logically, the monastic rule
advised them to have a rest in the middle of the day, at the so called Sext hour, the word where “Siesta” comes
from.
The “siesta” in the country had traditionally the same
use: to have a rest in the middle of very busy days. My grandfather had a nap
every day. He got up before sunrise to tend his vegetable garden. Then, he
milked his goats, fed hens, rabbits, the pig and cleaned the places where he
had them. Later, he came back home to have something, usually milk and bread, for
breakfast. He went to his workshop (he was a blacksmith and a farmer) and
stayed there until lunchtime. When he was very tired, he had a “siesta del
carnero” (ram’s nap). That is a nap before lunch. When not, he had a big meal,
had a nap and went back to work (usually on the fields) until sundown. He had
another big meal for dinner and finally he tended his animals before going to
bed. Luckily nowadays we have bigger breakfasts and smaller lunches and dinners
than our parents and grandparents, who were aware of the fact that eating too
much for lunch or dinner is not healthy at all, yet: a Spanish proverb says: “Graves
are full of those who used to eat too much for lunch and dinner”. We still say that.
Eating just a bit for breakfast and too much for lunch
makes you sleepy, because a good amount of blood leaves your nervous system to
take care of digestion, according to scientists. Somehow, they have made naps fashionable
in articles and news, again. They maintain that a fifteen-to-thirty-minute nap
is good against stress, favours learning and a better working performance during
the second part of the day, but, of course, not every employer agrees on that.
In my first year at the school where I work, there was
a sofa in the staff room. One day, after lunch, the former boss found a lady-teacher
having a nap on that sofa and he gave her a big dressing-down. The next day,
the sofa had disappeared. Last month, another sofa appeared in the staff room,
but I have seen no one using it, nor even to sit down. It must be the crisis.
I
usually have a nap on Saturdays, on my home’s sofa. I turn on the TV as
sleeping pill, I sleep for half an hour and when I wake up, I feel great.
0 件のコメント:
コメントを投稿