Basura
En la mayoría de las ciudades españolas, como Barcelona,
hay puntos de recogida selectiva de basura, llamados puntos de reciclaje.
Normalmente, hay una fila de contenedores de diferentes colores en la calle,
junto a la acera: el verde es para el vidrio, el amarillo para los envases
metálicos o de plástico, el marrón para la basura orgánica, el azul para el
papel y el cartón y el gris para el resto de deshechos. En algunos contenedores
hay un teléfono para poder dejar allí objetos grandes o muebles. Yo llamé una
vez para preguntar cuándo podía dejar un mueble allí, y me dijeron: «Déjalo
cuando quieras. Ya pasaremos a recogerlo».
Para otro tipo de basura más peligrosa, como aceite, pilas,
aparatos electrónicos, bombillas… hay algunos centros de reciclaje, pero el
sistema no parece muy efectivo, porque sólo se acaba reciclando un 30% de la
basura urbana. No es mucho. Además, hay que suponer que esos contenedores para
diferentes tipos de basura no son solo una imagen real de cómo deberíamos
tratar nuestros residuos y que toda esa basura no acabará finalmente mezclada
en el mismo vertedero. Ese tipo de cosas ya han pasado.
Desde que empezó la última crisis, esos contenedores de
colores han sido el único recurso de supervivencia para muchas personas, como
la de la foto. Es muy común ver personas buscándose la vida en los
contenedores, pero deben ir con cuidado, porque robar basura está castigado con
una multa de 750 euros. ¿No es
patético?
Waste
In most
Spanish cities, as in Barcelona, there are points for waste sorting, the so called
recycling points. You will usually find on the street some containers in a line, all of them with
different colours, beside the sidewalk: green for glass, yellow for metallic and
plastic containers, brown for organic waste, blue for paper and cardboard and
grey for the rest. You can find a phone on some containers to call if you want
to leave big objects or furniture there. I called once to ask when I could
leave a piece of furniture and they answered: ‘Just leave it over there. We
will collect it anytime’.
For more dangerous
waste, such as oil, batteries, electronic devices, light bulbs… there are some
recycling centers, but the system does not seem very effective, because at the
end of all just 30% of urban waste gets recycled in Spain. That is not much. Besides,
we must think that those containers for waste sorting are not only an image of the
way we are supposed to treat our garbage, and that all that waste will not end
up mixed in the same dump. Those kind of things have already happened.
Since the last crisis
began, those colored containers have been the only surviving resource for some
people, such as the one on the photo. It is quite common to see people making a
living out of those containers, but they must be careful, because stealing waste
is fined with the equivalent in euros of 670$. Is it not pathetic?